Yves Michel

La fotografía, una pasión en el corazón de mis pasiones. Observador natural de mi entorno, siempre me ha fascinado lo visual. A los diez años, una cámara Polaroid me permitió comenzar a explorar el mundo de la fotografía. Pero fue realmente durante mi adolescencia, en mi pueblo, que ocurrió el "click": el film en blanco y negro se convirtió en mi principal modo de expresión.

Soy autodidacta, aprendiendo principalmente a través de libros sobre luz y color, mucho antes de que existieran los tutoriales. También tuve la suerte de tomar algunas clases con profesionales. Comprar una Olympus OM10, con el apoyo de un voluntario apasionado que me guió en mis primeros pasos, marcó un punto de inflexión. Incluso me ayudó a montar un cuarto oscuro en casa de sus padres. Seguí revelando mis imágenes hasta que una mudanza me obligó a parar, justo en los albores de la era digital.

Antes de eso, participé en un concurso de fotografía en blanco y negro sobre el tema del Vexin en Pontoise, donde gané el segundo premio. Un verdadero reconocimiento a mi trabajo.

Mi fotografía dio un nuevo giro con la llegada del smartphone y la cámara híbrida, que también utilizo en mi trabajo como videógrafo. La pasión volvió con fuerza. Mis reflejos regresaron, y en los últimos dos años, mi producción fotográfica ha sido intensa. En 2018, gané un premio por la serie Frontières, nuevamente sobre el tema del Vexin, en colaboración con el Parque Natural Regional.

Para mí, la fotografía es comparable a la pintura: es un verdadero acto de construcción, tanto en el momento de la captura como en la postproducción. Soy curioso sobre todo y mis temas son variados, aunque tengo preferencias. La mayor emoción llega cuando un sujeto parece "llamarme". Puede sonar místico, pero es real, como lo que experimenté al capturar Imprévu, una fotografía que cuenta una historia.